La congelación de óvulos (o vitrificación ovocitaria) consiste en guardar los óvulos maduros de la mujer para preservar su fertilidad. Así, estos se congelan mediante un procedimiento ultrarrápido, los óvulos se sumergen en unos tanques de nitrógeno líquido que está a una temperatura de -196ºC. Es la vía para que las células se mantengan sin alteración hasta el momento en que dicho óvulo vaya a ser fecundado y transferido al útero materno.
La vitrificación de óvulos es retrasar la maternidad a un momento posterior con la misma probabilidad de embarazo que se tenía en el momento de llevar a cabo esta técnica.
Varios estudios han concluido que los ovocitos vitrificados por largas temporadas, entre cuatro y ocho años, mantienen intacta su calidad.